Entró al despacho sin golpear, sin previo aviso. Ella, sentada al escritorio, leyendo unas cuantas hojas sueltas, detuvo a medio camino la taza de humeante te que estaba a punto de tomar. Lo miro a los ojos por encima de sus anteojos de lectura, muy sorprendida, pero no dijo nada.
El la miro con una energia que ella nunca habia visto en 25 años que se conocian y dijo con firmeza:
-Necesito hablar con vos
Ella sonrió apenas, llevaba 25 años esperando ese momento.
(¿Toda una vida?)... si, toda una vida, quizás demasiado tiempo. Observó unos cuantos segundos al hombre parado en el dintel de la puerta, percibiendo su determinación. Los años habian pasado. Su pelo entrecano y las arrugas en sus ojos lo demostraban. Pensó en sus dos hijos, en su matrimonio. 25 años.
Unicamente logro contestar:
-Va a ser muy complicado.
El, por un segundo, pareció dudar. Bajó la mirada. Pero cuando la volvió a levantar se lo veia tan decidido como antes y contesto con un tono que no daba lugar a dudas:
-Ya lo se. No me importa.
Ella acentuó su sonrisa....