jueves, 22 de diciembre de 2011


  Hacia dias que la lluvia no daba tregua, y no lo haria por unos cuantos mas, pero a ella no le molestaba. Se encontraba de pie, con la frente apoyada en su ventana, observando el panorama gris que el clima le brindaba. Esos dias siempre habian tenido la capacidad de convertirla de una persona alegre a otra cabizbaja y meditabunda. Pasaba gran parte del tiempo encerrada en su propia cabeza, lo que, en general, le resultaba provechoso porque conseguia ver las cosas desde otro punto de vista. Esta vez, sin embargo, despues de tantos dias grises, poco a poco una especie de tristeza la habia invadido. El proceso habia sido tan gradual que ella casi no lo habia notado hasta ese momento. Se sentia angustiada, con una gran presion en su pecho. Una unica lágrima rodó por su mejilla y ella la dejo surcar lentamente todo su rostro, hasta el borde, para, finalmente, caer sobre su mano, tambien apoyada en el cristal.
      Se dedico a observarla un rato. Justo un segundo antes de que desviara la mirada un rayo de luz del Sol se abrio paso por entre las nubes e iluminó su mano en el punto justo en el que se encontraba esa lágrima. Ella abrió grande los ojos y se movio de manera de que el Rayo le diera en una de sus mejillas y aunque la lluvia siguió cayendo densamente, este fue cobrando fuerza y tamaño, abarcando primero su rostro y unos segundos mas tarde toda su ventana. Ella giró y observó cómo todas sus cosas se tornaban doradas. Los colores habian vuelto, al menos por un rato. Miró de nuevo al Cielo y otra lágrima surcó su rostro, pero esta era de una naturaleza totalmente distinta a su hermana. La presión en su pecho habia desaparecido, ahora sentía una calidez tranquilizadora, y la certeza de que todo iba a estar mejor. Bajó un poco la vista y se sorprendió muchisimo al ver que su reflejo le devolvia una sonrisa.


"Long as I remember the rain been comin’ down.

Clouds of myst’ry pourin’ confusion on the ground.

Good men through the ages, tryin’ to find the sun;

And I wonder, still I wonder,

who’ll stop the rain?? "


lunes, 12 de diciembre de 2011

   Miro por la ventana de su cuarto. Sonrio. La Hora Vintage habia comenzado. La habia bautizado asi por como la luz del Sol, con sus rayos ya casi perpendiculares, bañaban todo de un tono dorado. Era SU hora. Bueno, no solo suya.
   Tomó el termo y el mate ya preparado, dejó sus apuntes sobre el escritorio para ir a Su Lugar en el Mundo, como lo habia bautizado su Abuelo, de quien habia heredado esa pasion por las pequeñas cosas. Salio por el pasillo, abrió esa puerta de chapa blanca que daba a la terraza, que a esa hora se le antojaba una suerte de portal y se dirigió al rincón de siempre. Se sentó, se cebó el primero y dejo, por primera vez en el dia que su mente vagara por donde se le antojara, mientras se deleitaba con la vista que se le ofrecía.  Mucho Cielo, el techo de las casas vecinas y la copa de su propio arbol. Nada especial. Y a la vez todo.
  Sintió un ruido en la puerta y sonrió. Sabía perfectamente quien era el que se acercaba. Alguien se sentó a su lado. El, despacio, terminó su mate, cebó otro y preguntó, como de costumbre:
-¿Mate?
-Obvio, ¿Cómo no voy a querer un mate de mi nietito?- Contestó su Abuelo, siempre cariñoso. Tomó el mate, y preguntó, también como de costumbre: -¿Cómo estas?
  No era un saludo ni mucho menos, no a esa Hora. Era el inicio oficial de la Hora Vintage, ese momento intimo entre ellos que ambos disfrutaban mucho. Charlaban de todo y de nada, de su pasión común, la fotografia, de música y de todo lo que se les ocurriera hasta que el mate se lavaba.
Cuando el Sol finalmente se escondio, su Abuelo se levantó y se despidió. El se quedo unos minutos más, bajo el crepúsculo, pensando...Finalmente suspiró, juntó sus cosas y también se retiró.

Contraste de Atardecer