lunes, 4 de julio de 2011

   

     No sabían bien cómo, pero ahí estaban. Ella, con su mejor vestido. El, de traje, a tono. Ambos estaban sentados en una banco de plaza, en el parque de un salón de fiesta, uno al lado del otro, sin saber como reaccionar. La música del interior del salón llegaba apagada hasta donde estaban ellos. Las estrellas brillaban sobre sus cabezas. Repentinamente ella rompió el silencio.

     - ¿Todavía me querés?

El la miró, sorprendido. Pensó unos segundos y respondió:

    - Cuando se quiere de verdad, siempre es a pesar de todo. Para mi, que me preguntes si te quiero equivale a preguntar si alguna vez te quise. La respuesta a eso la sabés muy bien. Si aún asi necesitas escucharlo de mi, si, te quiero, y mucho.


     Sus palabras flotaron en el aire un par de minutos. Ambos sabían que eso no cambiaba las cosas. Finalmente el se levantó, dando por terminado el Instante de Perfección. Comenzó a caminar lentamente hacia el salón. Se detuvo, sin saber porque. Giro despacio, ella estaba parada muy cerca. Cerró los ojos, justo mientras ella lo hacia. Por un segundo, pudo percibir ese aroma tan particular, esa mezcla entre ese perfume y el aroma de su piel que tenia tan grabado a fuego. Abrió los ojos despacio, sabiendo que solo vería un banco de plaza. No se equivocó. Retomó su lento camino hacia el salón, detrás de ella...


"Creo que hoy el viento me alcanzó  
 el olor de tu mejilla... " 


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