"No puedo" susurró ella, aún con lágrimas en los ojos.
El se levantó de su lado, repentinamente furioso. Miró hacia el cielo estrellado un par de segundos, intentando contenerse.
Se dio vuelta y la miró de frente. Ella apenas pudo matenterle la mirada.
"No puedo" Repitió el, su tono de voz bajo no disimulaba en absoluto su enojo.
Lentamente fue subiendo el volumen, hasta acabar gritando:
"Siempre la misma excusa, siempre la misma tonta excusa, la misma mentira... Obvio que no podés.No podés porque decís que no podés!"
Respiró profundo varias veces. Luego se agachó para que su cara quedara a la altura de ella.
Susurró, aún enojado, mirándola a los ojos:
"No hay nada que vos no puedas hacer, porque vos sos mi mundo"
A continuación se incorporó y la dejó sola, sentada en esa hamaca de plaza, bajo el cielo estrellado.
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