Cuando ella regresó al cuarto, lo encontró llorando en silencio. Dejó el te en la mesa de luz, se sentó en la cama, y con una ternura y un amor infinitos, que 50 años de matrimonio, peleas, diferencias y rutina no habían logrado ni siquiera empañar, le tomó la mano, y le preguntó, como quien le habla a una criatura:
- ¿Que pasa viejito?
- Cada día es mas duro para vos. Soy un estorbo, aun así, ¿Me seguís amando?
Ella hizo un ruido con la lengua y agito la mano, como espantando una mosca y respondió:
-Pero dejate de pavadas, sos el mismo guapo de siempre, obvio que te amo, y mas que nunca.
El cerró los ojos nuevamente, mas tranquilo. Siempre había sabido que la única muerte apacible posible para el sería mirando de frente esos ojos verdes, cargados de una ternura inmensa, inmune al paso del tiempo...
"Y pasarán los años y siempre estarás buscando un plan
para que se hagan realidad los sueños que
soñábamos antes de ayer al dormir
hablando del tiempo que nos quedará por vivir. "
para que se hagan realidad los sueños que
soñábamos antes de ayer al dormir
hablando del tiempo que nos quedará por vivir. "